Tras la publicación de UNO la Fiscalía Federal buscará saber si enterraron en El Ramblón a desaparecidos. Citarán a testigos y convocarán al Equipo de Antropología. La mayoría de las tumbas no están identificadas.
Por Enrique Pfaab
pfaab.enrique@diariouno.net.ar
El siguiente paso natural fue denunciar formalmente en la Justicia federal los datos que se pudieron obtener. Ahora comenzará una serie de medidas judiciales que permitan confirmar estos datos, delimitar áreas dentro del camposanto y disponer que se realicen las excavaciones para tratar de hallar esos restos e identificarlos.
El cementerio de El Ramblón es mirado atentamente desde este domingo por la Justicia federal y por las organizaciones de derechos humanos. En la crónica Zona Franca de este domingo, en la sección Dos de UNO y bajo el título “El cementerio de los pobres y también de los NN”, se dio cuenta de testimonios directos e indirectos, indicios casi inequívocos y de una versión constante y muy frecuente en San Martín: que entre el ’75 y el ’82 se enterraron allí cadáveres de personas que habían sido detenidas ilegalmente por el Estado y asesinadas o que habían sido ejecutadas en supuestos procedimientos “contra la subversión” o el “terrorismo”, como se informaba en esos años.
“Allá, en esa parte (un sector al fondo, hacia el sur del cementerio) están enterrados unos que, para mí, son de los subversivos. Yo no estaba, estaba el cuidador anterior pero él me contó que una noche, cuando estaban los militares, llegó un camión del Ejército con 35 cuerpos, todos metidos en bolsas, y se los hicieron enterrar ahí, de a tres por tumba. Le dijeron que no preguntara nada si no quería terminar como esos. Para mí que son desaparecidos”, relató en su momento el empleado de la Municipalidad de San Martín Daniel Eulalio Sáez (49), quien fue cuidador del cementerio de El Ramblón durante algunos años, ya en democracia. Ese relato se lo realizó en 2005 a un estudiante de Historia del Instituto 9-001 de Formación Docente que estaba realizando una monografía y lo repitió parcialmente la semana pasada cuando fue entrevistado por este medio.
El cuidador del cementerio en esos sangrientos años, que además vivía en una casa que estaba junto al camposanto y que ahora está casi derrumbada, era Delfín González (76), un hombre que ahora está jubilado. “Yo debo de haber enterrado unos 400 NN en esos años. Los llevaban como a cualquier otro, por orden de la Municipalidad (el interventor era el mayor Norberto Aurelio López). Eran cuerpos que tienen que haber pasado por la morgue del hospital y tiene que haber registros en el cementerio y en el mismo hospital”, dijo al ser consultado para la crónica. Sin embargo dio respuestas esquivas cuando se le pidieron más detalles y no aceptó acompañar al periodista hasta el cementerio.
El pasado lunes a la mañana quien escribe, también autor de esa crónica, concurrió a la Oficina Fiscal Federal de DD.HH. ubicada en la calle Güemes, de la ciudad de Mendoza, y dio testimonio voluntario. Allí se aportó la nota completa, se ampliaron algunos detalles y a pedido del funcionario judicial que tomó la declaración se aportaron también notas relacionadas en donde se contaban episodios ocurridos en la zona Este durante la dictadura.
También se interesaron en esta información diferentes organizaciones de familiares de detenidos y desaparecidos.
El objetivo de la Justicia, ya con el expediente abierto, es citar a declarar a todos aquellos que puedan aportar datos sobre el tema, tratar de delimitar sectores precisos dentro del cementerio donde pueda haber restos de personas asesinadas durante el Proceso militar y convocar la intervención del Equipo Argentino de Antropología Forense para que realice las excavaciones, las exhumaciones y coteje los ADN de los cadáveres con el banco de datos de 9.000 familias que esperan saber dónde fueron enterrados sus seres queridos.
“San Martín fue siempre un territorio en donde no se pudo avanzar, como ocurre en los pueblos donde todos se conocen y tienen miedo de hablar. Ahora puede ser la oportunidad”, dijeron en la Justicia y también lo comentaron ayer en la misma San Martín algunas personas que intentaron en su momento avanzar sobre la investigación de lo ocurrido en la zona en esos años.
“Es hora de encolumnarnos detrás de la verdad”
“Todavía queremos creer que acá no ha pasado nada cuando la realidad es que en la zona Este ocurrió un montón de cosas. Así como se enterraron a muchos desaparecidos en El Ramblón también se ha dicho siempre que se tiró gente viva al lago de El Carrizal. Tenemos que terminar alguna vez con la hipocresía. Yo quiero dejarle a mi hija un país mejor, que ella sepa la verdad y que no viva una farsa. Tenemos que dejar de ocultar los crímenes que ha cometido el Estado. Es hora de encolumnarnos detrás de la verdad y que sangre por donde tenga que sangrar”. (Oscar Sívori, abogado de San Martín).
“La tierra, noble y rebelde, nos sigue devolviendo la verdad”
Estuve en el Cuadro 33, junto con los familiares de detenidos desaparecidos. Esperando. Viendo trabajar al Equipo Argentino de Antropología Forense; ansiosos todos, pero en paz.
Después del trabajo inconmensurable de entrecruzamiento de datos entre fichas de morgue y libros de cementerio, insistencias y reclamos, había certezas. Allí se trabajó y allí se halló lo que se buscaba: la fehaciente, sin carnadura, sólo osamenta apareciendo luego de treinta largos años. Lo mismo ha pasado en Refugio Alvarado, camino a la laguna del Diamante, en una vega de belleza natural incomparable. También surgieron huesos testigos. Se esperan resultados. Pero la tierra, noble y rebelde, nos sigue devolviendo la verdad y la condena a los asesinos de la humanidad y de la historia.
Decía Shakespeare algo así, en una de sus entrañables obras teatrales, que no hay crimen tan perfecto que una fosa pueda ocultar. Así es, exactamente. La tierra y la búsqueda, aun con nuestras angustias, vacíos y dolores, han condenado al silencio y a la complicidad. No hemos mentido. Estuvieron. Están. Hay apenas alguna justicia en este mundo". (Sonnia De Monte, actriz y escritora).
Fuente:DiarioUnoMdza
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